Cuando uno emprende un viaje desde Málaga hasta Asturias con un objetivo tan específico como degustar el cachopo de Las Tablas del Campillín, —el que ostenta la asombrosa cifra de 20 premios—, no es solo por el plato en sí, sino por la promesa de una experiencia culinaria inigualable. Y en el corazón de esa promesa reside un secreto a voces: la calidad innegociable de sus ingredientes. Es esta meticulosa selección la que eleva a este cachopo a la categoría de leyenda, haciendo que cada kilómetro recorrido valga la pena.
La Ternera Asturiana: Base de la Excelencia
El alma de cualquier cachopo es, sin duda, la carne. En Las Tablas del Campillín, no hay atajos. La elección es clara: ternera asturiana de la más alta calidad. Esta carne, reconocida por su terneza, jugosidad y sabor inconfundible, proviene de ganaderías locales, lo que garantiza frescura y un impacto positivo en la economía de la región.
La selección de los filetes es crucial. Deben ser de un corte específico, ni demasiado gruesos ni demasiado finos, para asegurar que se cocinen perfectamente, manteniendo su jugosidad interior mientras el exterior adquiere esa deseada capa crujiente. Es un lienzo perfecto para los sabores que vendrán después.
El Corazón Asturiano: Quesos con Denominación de Origen
Lo que distingue un cachopo asturiano auténtico es su relleno, y aquí, Las Tablas del Campillín no escatima en autenticidad. El queso no es un mero acompañamiento; es un coprotagonista. Se utilizan quesos asturianos con Denominación de Origen, como el potente Cabrales, con su sabor intenso y ligeramente picante que se funde a la perfección, o quesos más suaves y cremosos como el Gamonéu o el Afuega’l Pitu, dependiendo de la versión del cachopo.
Estos quesos, elaborados artesanalmente en la región, aportan una complejidad de sabores y una textura fundida que se extiende con cada corte, creando una explosión láctea que complementa la carne y el jamón.
El Toque Salado: Jamón de Cerdo de Calidad
El tercer componente esencial del relleno es el jamón. En un cachopo de esta categoría, no vale cualquier jamón. Se elige un jamón curado de buena calidad, cortado finamente, que aporta ese punto salado y umami necesario para equilibrar la riqueza de la carne y el queso. Al fundirse con el calor, su sabor se integra en el conjunto, realzando cada bocado.
El Crujido Perfecto: El Secreto del Empanado
La capa exterior del cachopo es tan importante como su interior. El empanado de Las Tablas del Campillín es legendario por su ligereza y su crujido perfecto. Esto se logra con un pan rallado de calidad superior y una técnica precisa de empanado y fritura. El objetivo es que el exterior sea dorado y crujiente, sin resultar graso, y que selle los jugos internos, manteniendo la jugosidad del relleno.
El Cachopo Minero: Un Homenaje a la Tierra y sus Ingredientes
Todo este compromiso con la materia prima culmina en obras maestras culinarias. De entre su aclamada oferta, Su cachopo minero es, con mucho, la estrella. Este plato en particular, con su particular combinación de rellenos y su inconfundible sabor, es un claro ejemplo de cómo la dedicación a los ingredientes locales y la maestría en la cocina pueden crear un icono gastronómico. Es el resultado de la ternera asturiana más selecta, los quesos más auténticos y la mano experta que los transforma en una experiencia.
Conclusión: El viaje desde Málaga a Asturias en busca del cachopo de Las Tablas del Campillín no es solo una aventura para el paladar; es una inmersión en la filosofía de la calidad. Sus 20 premios no son casualidad; son el reconocimiento a una apuesta firme por los mejores ingredientes locales, tratados con el respeto y la maestría que merecen. Es la garantía de que cada bocado de su cachopo, especialmente Su cachopo minero es, con mucho, la estrella, es una experiencia auténtica y memorable que justifica cualquier distancia.